viernes, 2 de julio de 2010

¿Eres de los que se arriesgan?

Después de ciertos días de trabajo y de estudio, no me daba para más el tiempo, me veo en la obligación de presentarte esta reflexión que me ha llegado al principio de la semana. Me hizo gracia porque está relacionada con el fútbol, buen tema del momento.
Es una pena que no viniera quién era el autor, tan sensible a este tipo de temas, que siempre nos ayudan en nuestro interior, pero bueno, creo que es importante editarlo.
El relato comienza diciendo que eran dos entrenadores de fútbol que se compadecían mutuamente por la dificultad de fichar jugadores de calidad para sus equipos.
Un entrenador dijo:
- Si sólo pudiera encontrar a un hombre que jugara cada posición a la perfección, le diera siempre a la pelota, nunca quedara fuera del juego y no cometiera un error en el campo...
El otro entrenador suspiró en acuerdo y añadió:
- Sí, si apenas pudiéramos hacer que dejara de comer su perrito caliente y bajara de las gradas.
Jugar el juego de la vida al máximo requiere enfrentarse a riesgos. Sin ellos, la vida tiene poca emoción, poco que pueda contarse como excitante o que satisfaga.

* Reírse es arriesgarse a parecer tonto.
* Llorar es arriesgarse a parecer sentimental.
* Extender la mano a otras personas es arriesgarse a involucrarse.
* Exponer sentimientos es arriesgarse a mostrar su verdadero yo
* Amar es arriesgarse a no ser correspondido.
* Vivir es arriesgarse a morir.
* Tener esperanza es arriesgarse a desesperarse.
* Intentar es arriesgarse a fracasar.
Sin embargo, la persona que no arriesga nada, no está obrando, nada tiene y al final se vuelve nada. No tengas temor a enfrentarte a riesgos. ¡Baja de las gradas y juega a la pelota!
El hombre no puede descubrir nuevos océanos a menos que tenga el valor de perder de vista la orilla.
Espero que te haya hecho reflexionar un poquito, con ello ya me sentiría tranquilo.
Muchas gracias.

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